Existen momentos de nuestra vida que cargamos sobre nosotr@s muchas responsabilidades, unas son nuestras y otras las vamos adquiriendo sin permiso y haciéndolas nuestras para quitar peso a los demás, como si eso les aligerara y nos viniera bien a nosotr@s. Por eso es bueno que hagamos un parón en nuestras vidas, y nos digamos…… como ha sido lo que hemos vivido,¿ sabemos reconocer nuestros logros? ¿ somos capaces de saber donde hemos fallado? … Esta es la carta de una persona que acudió a mi consulta. Un chico con las inquietudes de contestarse muchas preguntas, y que sin querer, daba tanta vuelta a las cosas que las ponía en su contra. Esta carta que se escribió a el mismo le ayudo a comprender situaciones que no hasta ahora no se había parado a pensar.
CARTA PARA LORENZO
Hola Lorenzo.
Hace mucho tiempo que no nos vemos. A veces parece que hasta te has olvidado de mí, ¿Acaso ya no me recuerdas? Porque yo no te he olvidado.
Sí, quien te escribe soy yo, aquel chico que consiguió vencer el maltrato en el colegio, el chico que entro con miedo al instituto y salió de él siendo una persona aceptada y respetada por sus compañeros. El mismo que consiguió vencer su timidez para mostrarse ante los demás, que pudo comprobar cómo se podía mantener una conversación con una chica sin morirse de vergüenza en el intento.
¿Sigues sin acordarte de mí? Porque soy el mismo chico que deseaba abrir su mundo al resto cuando fue a la ciudad a estudiar; soy el mismo que estuvo una semana entera llorando por las noches, acordándose de sus padres porque se sentía solo, y al mismo tiempo, tuvo la capacidad para salir de aquello y comprobó que sólo tenía que abrirse al resto, para no estar solo.
¡Vaya Lorenzo! Parece que todavía te cuesta recordarme, pero voy a seguir insistiendo.
No todo ha sido culpa del resto, también hice sufrir a gente que no se lo merecía, gente que sufrió las consecuencias de mis dudas, de mi inseguridad, gente a la que en su día pedí perdón, aunque lo hacía de manera egoísta, sólo por sentirme mejor.
¡Vaya! Parece que empiezas a recordarme, pero no todo va a ser malo, ¿verdad? Por eso estoy escribiéndote esta carta, para que seas consciente de que has tenido más momentos de superación de los que crees. También has cometido errores, pero aunque no lo creas, ser consciente de ellos, afrontarlos y no repetirlos, también es un logro.
No he querido decírtelo hasta ahora, pero me han dicho que has estado buscándome. Has pasado años mostrándole a los demás mi cara aunque en todo ese tiempo jamás creíste en mi, siempre jugaste a ser quien no eras llevando mi cara puesta, pero un día todo eso se fue al garate.
Un día, todo eso que habías construido, se desmoronó; tu supuesta fortaleza se diluyó. Tiraste mi cara al suelo, te refugiaste en tus miedos, en tu autocomplacencia y empezaste a culpar al mundo de lo que te pasaba mientras seguías ciego ante mis miradas y sordo ante mis gritos. Porque aunque no lo creas Lorenzo, yo siempre estuve ahí, jamás me olvidé de ti, y por eso hoy te escribo.
Sinceramente no te guardo rencor, al contrario, son demasiados años juntos como para abandonarte.
Me alegro enormemente de que abrieras los ojos ante el espejo, vieras un poco de mí en ti y usaras esa fuerza para reconocer que algo no iba bien y que necesitabas ayuda.
Sé que no lo hiciste por orgullo, sino por miedo a reconocer lo que te pasaba, pero hasta ser consciente de eso demuestra que estás en el buen camino.
Y por eso te escribo Lorenzo, porque al final de ese camino estoy yo, esperándote.
Llevo años deseando que vengas a buscarme para seguir esos caminos juntos.
Lorenzo, es hora de despedirse, aunque ambos odiemos las despedidas los dos sabemos que esto es un “hasta pronto”, porque ahora por fin eres consciente de que caminando juntos la vida es mejor.
De parte de la persona que un día fuiste.
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