-Por Creer en ti… y en mí
«Una noche hace poco tiempo, una amiga íntima me llamó por teléfono para conocer mi opinión sobre un asunto de mediana importancia; la verdad es que para ella no era muy importante aunque el tema le daba vueltas en la cabeza y no encontraba una solución y por eso me llamó.
Recuerdo bien que lo que me preguntó fue: “¿Tienes alguna idea para resolver mi problema?”
En ese momento, con toda tranquilidad y sin ninguna prisa le propuse una solución a la que ella, mi amiga, le cerró las puertas diciendo: “Esa es mala idea”.
Inmediatamente ella insistió con que le diera otra idea y que fuera mejor que la primera.
Esforzándome un poco más, midiendo los que se pueden llamar los pros y los contras de lo que estaba por explicarle, me animé y le di otra alternativa.
Para mi sorpresa, ella nuevamente me dijo que tampoco era una buena idea.
Admito que el asunto se iba poniendo un poco más tenso porque de alguna forma ella me hacía ver que no aportaba mucho a resolver su problema: mis ideas era malas.
Hice un esfuerzo más y con los antecedentes previos intenté otra propuesta pero volvimos a su negación. Esta vez, ella se atrevió a decirme que le era de muy poca ayuda pues mis ideas eran malas y ella precisaba buenas ideas. Con esto terminó la conversación porque acto seguido colgó el teléfono.
Me quedé pensando sobre las buenas y las malas ideas. Todos en algún punto hemos dicho que algunas ideas eran muy buenas y que otras eran muy malas, sin detenernos a pensar sobre el asunto.
Ahora creo que las ideas, ideas son y que llegan a adquirir la calidad de buenas o malas solamente después de haberlas ensayado; aún así, es muy pronto para calificarlas porque mientras se hacen realidad hay muchos factores que se deben considerar pero que también pueden corregirse luego de la experiencia y así como en cadena, mientras se hacen y se corrigen, pueden en algún momento ser buenas o malas aunque siempre serán perfectibles: en un tiempo apropiado, en una circunstancia apropiada y con las herramientas apropiadas y la gente apropiada, etc. Al final, pienso que todas las ideas pueden llegar a ser buenas, lo importante es hacerlas funcionar.«
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