– Por Creer en ti… y en mí
«Las palabras del gerente quedaron revoloteando en la mente de Mario: “Aquí nadie es imprescindible”. Sin embargo, ahora esas palabras son solamente un recuerdo porque Mario ya cumplió cinco años con la compañía.
Justo ahora se acordaba de aquellas palabras que ciertamente le hacen sentir, a quien comienza en un trabajo, que no vale mucho porque al primer incidente lo despiden y asunto concluido. Sin embargo, después de todos estos años Mario se ha dado cuenta de algo muy importante: el gerente se equivocó. No es cierto que en una empresa haya gente que no sea imprescindible. Los empleados son todos importantes, cada uno en su rol, cada uno cumpliendo objetivos a partir de los cuales otros continúan y dependen de que los primeros lo hagan bien.
Si el que recolecta manzanas no recolecta solamente las maduras, el que las acomoda debe desechar las manzanas que no están listas y si el que acomoda manzanas no separa las manzanas aún sin madurar, el comprador no se interesará en el producto.
Las personas que trabajan en todo tipo de comunidad están entrelazadas y funcionan como las partes de una máquina. ¿Qué sería de un móvil sin el cable para cargar la batería? ¿Qué sería de un ordenador sin las teclas de tres vocales o sin las teclas de cinco consonantes?
Hace poco me corté el dedo pulgar de la mano izquierda en un accidente doméstico muy casual. Por dos semanas debí usar una vendita que cambiaba día por medio y sin el pulgar muchas cosas simples se me dificultaban, desde sujetar un frasco, abrir una botella o escribir en el ordenador. Todos los dedos de una mano son importantes.
Volviendo al caso de la empresa de Mario, no encuentro motivo para desalentar a un nuevo empleado que comienza haciéndolo sentir poco valorado. Lo que sí se debe comprender en que en las empresas todos son sustituibles, partiendo del gerente mismo y esto porque la empresa debe sobrevivir más allá de quienes la componen, por eso se constituyó.
No quiera la vida que pierda un dedo de la mano pero si así sucediera, hasta en la mano de una persona los dedos son sustituibles, más allá que la movilidad sea la misma o el material del cual esté hecho o su precio.
El objetivo de esta nota no es hacer una lista de todo lo que es imprescindible o no, sustituible o no, porque hay evidentemente excepciones como por ejemplo un ser humano o un sentimiento; lo importante es que sepamos que, cuando somos partes de un colectivo, todos somos importantes pero si por una enfermedad, un deber, una mejor oferta laboral o una decisión personal nos apartamos de ese colectivo, asumamos que somos sustituibles; la empresa precisa continuar y lo hará sin nosotros y muchas veces con otros que pueden hacer un mejor trabajo que el nuestro.
A mí como empleadora, como jefe o como persona de recursos humanos, me interesa animar y motivar a quien apenas comienza con la organización y hacerlo sentir tan importante como los demás, lo contrario no es bueno ni para la empresa ni para las personas.
Mario también lo sabe; sabe que desde que empieza hasta que acaba, es imprescindible, pero para entender esto, a él le tomó cinco años y ahora que está pensando en un nuevo empleo, espera que lo motiven desde el mismo momento en el que lo contraten, el otro discurso ya lo conoce y dice mal de las personas que lo contrataron.»
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