– Por Creer en ti… y en mí
«Salía de casa y siempre encontraba alguna cosa más que combinase con cualquier prenda que ya tenía. Se había visto obligada a destinar una habitación entera para su colección de ropa y accesorios. No es que salga con la intención de comprar -decía siempre-, es solo que siempre veo sin pretenderlo algo que va genial con alguna prenda que está en casa. Además a buen precio.
Abrigos de diferentes estilos, colores y estampados; blusas de manga larga, manga corta y tres cuartos, con y sin botones; botas, zapatos, zapatillas… Un sinfín de artículos que conformaban una colección que seguía creciendo de manera indefinida. Sin embargo, como las piezas de cualquier colección, pasaban la mayor parte del año como meros elementos decorativos en aquel armario vestidor.
En otras ocasiones, y puesto que consumía también una enorme cantidad de información sobre moda y estética, salía buscando algo en concreto. A veces lo encontraba y a veces no, quedándose con una sensación frustrante, como si esa nueva falta fuese una cuestión primordial para su felicidad.
Aquellas veces en las que sí encontraba su nueva necesidad se mantenía feliz y llena durante unas horas, unos minutos o incluso menos… Todo dependía de las imágenes que consumiese y de la amplitud de sus opciones en su armario.
Cualquier nueva tendencia o cualquier adquisición de alguien cercano a ella podía desencadenar una fiebre. Necesitaba tenerlo también. Toda su vida giraba en seguir ampliando su colección de posesiones, sin darse cuenta de que al final, se limitaba a sobrevivir, ya que la satisfacción podía esfumarse en cuestión de segundos.
– ¿Y te da tiempo de ponerte todo en los 365 días del año? Yo solo tengo un armario y al final siempre acabo tirando de las mismas cuatro cosas…
– La verdad es que no. Las modas cambian con tanta rapidez que a veces quiero rescatar alguna cosa y ya se le ha pasado su momento. Pero las modas siempre vuelven, así que me sirven para más adelante. Todo han sido siempre buenas compras, no puedo arrepentirme tampoco. Así que cuando ya no hay espacio, quito lo que ya no me convence y asunto arreglado.
– ¿Y te sientes realizada en tu vida personal con ello?
– Totalmente. Tengo muchos seguidores en las redes sociales y ellos lo son todo para mí. Les gustan los vídeos y las fotos que subo, así que no puedo fallarles.
– ¿Y crees que dentro de unos años seguirán ahí? ¿O quizás esto será pasajero como una moda más o como todo lo que tiene que ver con la estética?
La conversación llegó a su fin. Seguramente había nuevas imágenes para consumir o más tiendas para visitar. Dicen que no es más rico quien más tiene, sino aquella persona que menos necesita. En épocas en las que el consumismo se intensifica, conviene recordar que los objetos nunca llenarán ningún vacío que podamos sentir en nuestro interior. Las carencias se llenan con amor hacia uno o una misma, con afecto y con una buena gestión emocional, pero nunca con cosas materiales.«
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