– Por Creer en ti… y en mí
«La noche del 31 de diciembre siempre había tenido un aire mágico en la pequeña ciudad donde resido. Las luces brillaban intensamente y la gente se reunía para celebrar el paso del tiempo, pero este año, Clara decidió que quería hacer algo diferente. En lugar de las tradicionales uvas, preparó una botella de champagne bien fría y un brindis especial.
Los recuerdos de los años pasados comenzaron a invadirla mientras se sentaba con sus amigos en el cálido salón decorado con cintas doradas. Con cada sorbo que se servía, se prometía a sí misma un nuevo comienzo, un nuevo capítulo que iba a escribir.
- Primer Sorbo: Reflexión.Clara pensó en los momentos que le habían hecho reír, pero también en las lágrimas que había derramado. Aceptó sus fallos y abrazó sus logros con gratitud.
- Segundo Sorbo: Perdón.En el fondo de su corazón, había personas a las que no había perdonado. Con el segundo trago, decidió dejar ir esos rencores.
- Tercer Sorbo: Amor. Recordó a todos aquellos que la rodeaban, desde su familia hasta los amigos. El amor fue el faro que iluminó su camino y lo celebró con una sonrisa.
- Cuarto Sorbo: Sueños. A medida que se adentraba en el nuevo año, Clara permitió que su mente soñara en grande. Se propuso seguir sus pasiones al máximo.
- Quinto Sorbo: Aventura.Fue un recordatorio de que la vida está llena de incertidumbres y que cada paso fuera de su zona de confort podría traer experiencias inolvidables.
- Sexto Sorbo: Salud. Un brindis por aquellos que la habían acompañado en su camino y un deseo para la vida y el bienestar en este nuevo ciclo.
- Séptimo Sorbo: Amistad. Cada burbuja que explotaba en su boca le recordaba la importancia de sus amigos, quienes habían estado a su lado en las buenas y en las malas.
- Octavo Sorbo: Resiliencia. Clara pensó en las dificultades superadas, en cómo había crecido con cada desafío. Esa fuerza interna la acompañaría en el futuro.
- Noveno Sorbo: Gratitud.Con cada sorbo, sentía más y más agradecimiento por los momentos simples y las ráfagas de felicidad que la vida le ofrecía.
- Décimo Sorbo: Esperanza.Clara miró por la ventana, las luces de los fuegos artificiales iluminaban el cielo. Fue un momento de esperanza por todo lo que estaba por venir.
- Undécimo Sorbo: Cambios. La vida estaba en constante cambio y Clara decidió abrazar la incertidumbre, entendiendo que cada cambio traería algo nuevo.
- Duodécimo Sorbo: Comienzo. Al llegar al último sorbo, su corazón estaba lleno de emoción. Este era un momento de cierre y de apertura, un simbolismo perfecto para el año que concluía y el que estaba a punto de comenzar.
Al terminar su ritual de los 12 sorbos de champagne, Clara sintió una mezcla de emociones: nostalgia, alegría, esperanza. Se dio cuenta de que el verdadero significado de la celebración era no solo mirar hacia atrás, sino también abrir los brazos a lo desconocido, confiando en que, sin importar lo que viniera, siempre habría razones para brindar.»
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